El APY (Annual Percentage Yield o Rendimiento Anual Efectivo) y el APR (Annual Percentage Rate o Tasa Anual Equivalente) son conceptos similares pero se aplican en contextos diferentes. El APY se utiliza principalmente para productos de inversión y ahorro, y muestra cuánto ganarás teniendo en cuenta el interés compuesto. El APR, por otro lado, se utiliza para préstamos y tarjetas de crédito, y muestra cuánto pagarás en intereses y otros costes asociados.

La principal diferencia técnica es que el APY siempre tiene en cuenta el efecto del interés compuesto, mientras que el APR puede o no incluirlo, dependiendo de la regulación específica del país. En general, cuando eres el inversor, quieres un APY alto; cuando eres el prestatario, quieres un APR bajo.

El APY es siempre mayor o igual que la tasa nominal debido al efecto del interés compuesto. Cuando los intereses se capitalizan más de una vez al año, estos intereses comienzan a generar sus propios intereses antes de que termine el año, lo que aumenta el rendimiento efectivo.

La única excepción es cuando la capitalización es anual (una vez al año), en cuyo caso el APY es exactamente igual a la tasa nominal. En todos los demás casos (capitalización semestral, trimestral, mensual, diaria, etc.), el APY será mayor que la tasa nominal, y la diferencia aumenta cuanto más frecuente sea la capitalización.

La frecuencia de capitalización tiene un impacto directo en el APY. Cuanto más frecuente sea la capitalización, mayor será el APY para una misma tasa nominal. Esto se debe a que los intereses comienzan a generar sus propios intereses más rápidamente.

Por ejemplo, una tasa nominal del 5% con capitalización anual produce un APY del 5%, mientras que la misma tasa con capitalización mensual produce un APY del 5.12%, y con capitalización diaria un APY del 5.13%. La diferencia puede parecer pequeña, pero se vuelve más significativa con tasas más altas y plazos más largos.

Es importante destacar que existe un límite matemático para el aumento del APY a medida que aumenta la frecuencia de capitalización. Este límite se alcanza con la capitalización continua y se calcula como e^r – 1, donde e es la constante de Euler (aproximadamente 2.71828) y r es la tasa nominal en forma decimal.

El APY es una herramienta excelente para comparar diferentes opciones de inversión porque estandariza el rendimiento, independientemente de la estructura de capitalización. Para comparar inversiones usando el APY, sigue estos pasos:

1. Asegúrate de tener el APY de cada opción de inversión (no la tasa nominal).
2. Compara directamente los APYs: la inversión con el APY más alto generalmente ofrecerá el mayor rendimiento.
3. Considera otros factores como el riesgo, la liquidez, los impuestos y las comisiones, que no están incluidos en el APY.
4. Para inversiones a largo plazo, calcula el valor futuro usando el APY para ver la diferencia en términos monetarios.

Recuerda que el APY asume que mantendrás la inversión durante al menos un año y que la tasa permanecerá constante. Si planeas retirar el dinero antes o si la tasa es variable, el rendimiento real puede diferir.

No, el APY no tiene en cuenta la inflación. El APY muestra el rendimiento nominal de una inversión, es decir, cuánto crecerá tu dinero en términos absolutos, sin considerar el cambio en el poder adquisitivo debido a la inflación.

Para evaluar el rendimiento real de una inversión, debes calcular el “rendimiento real”, que es aproximadamente el APY menos la tasa de inflación. Por ejemplo, si una inversión tiene un APY del 5% y la inflación es del 2%, el rendimiento real es aproximadamente del 3%.

El rendimiento real es especialmente importante para inversiones a largo plazo, ya que la inflación puede erosionar significativamente el poder adquisitivo de tus rendimientos con el tiempo. Una inversión con un APY alto pero inferior a la tasa de inflación en realidad está perdiendo valor en términos reales, aunque nominalmente esté creciendo.